domingo, 18 de octubre de 2009

Son Diferentes

Sin lugar a duda, son diferentes. Son muy diferentes, más de lo que realmente podemos describir.

Su forma de ser muchas veces nos sorprende. No actúan como nosotros pudiéramos suponer que deberían conducirse; de hecho, no responden ante la vida como nosotros mismos lo haríamos. Tienen una forma muy peculiar de ver las cosas, es decir, de analizar los problemas, las oportunidades, el porvenir… el presente, el pasado. Todo su mundo es muy distinto al nuestro. Todo.

Su forma de verse, muchas veces inapropiada, espantosa (si cabe aquí la figura de un espanto) o quizás, con el debido respeto, incluso ridícula. Qué hablar de sus peinados, de sus modas o de la remota noción de estética. Por supuesto, existen excepciones, en algún lugar quizás.

Su música… sencillamente inaguantable. Una gran polémica que parece nunca podremos resolver. Claro, es una cuestión de gustos, pero lo que ellos escuchan parece más un disgusto.

Su forma de divertirse (si es que así podemos llamar a eso que hacen) no parece ser muy agradable. No invita, no motiva, no entusiasma; no tiene sentido.

Su forma de resolver los problemas es toda una contradicción. Dicen creer algo, tener algún valor o principio, pero con sus decisiones lo niegan rotundamente. ¿Quién los entiende? Ni siquiera ellos mismos pueden explicar sus elecciones.

Lo mismo podríamos decir de sus relaciones, de su concepto de éxito, de su interpretación de las circunstancias, de su forma de llorar, de su manera de reír.

Sencillamente, son diferentes. ¿Y qué? Así tendremos que aguantarlos.

Claro, así son ellos… Así son los adultos.

fuente: www.elbunker.net